Los sueños que quisieron hacerse realidad


Dicen que todo lo que tiene un principio tiene un final. También dicen que lo bueno dura poco, o que lo bueno viene en botes pequeños. No creáis todo lo que os dicen.

Faltan pocas horas para mi marcha, pero esta aventura no termina para mi. Esta aventura es y será mi pequeño gran reto personal, el cual superé con creces, y siempre me acompañará. Nunca dejaré de sonreir cada vez que relea alguno de mis relatos, o algunos de vuestros comentarios. Siempre tendré una sonrisa en la recámara para cuando vuelva a ver alguna de las fotografías que tomé. Y siempre habrá una sonrisa disponible para todos vosotros cada vez que queráis escucharme hablar de mis “Siete días en la Gran Manzana”.

Metí mis miedos e inseguridades en una caja hermética y serán enterrados en los bajos del 373 de la 5th Avenida para siempre. Ahora vuelvo a casa, con las pilas cargadas, con otras metas y retos personales, y sobre todo con muchas, muchas ganas.

Tal vez mañana o pasado sienta nostalgia por todo esto. Sí, no lo niego. Pero esa nostalgia no será como la que todos conocéis. Mi nostalgia estará representada siempre por una sonrisa y una mirada que no mira. Eso es lo que me ocurre siempre que algo me hace feliz.

Sonrío al recordar mis primeros pasos en esta ciudad. Un tipo que venía en busca de respuestas, y que quería que el 9 de marzo fuera el primer día del resto de su vida. Así será.

Han sido casi siete días permitiéndome conocer una ciudad que ha sido una respuesta en sí misma para mis eternas cuestiones. Me he dejado llevar por los ríos humanos que, junto a mi intuición y poca orientación, me han llevado a sitios dignos de ser soñados.

He paseado cafés mañaneros por las aceras de la 7th Avenida mientras miraba mi mapa en busca de mi siguiente destino. He corrido para cruzar sus calles y retorcido mi cuello para abrazar sus rascacielos. He volado por encima de mis sueños de la mano de mi imaginación y una chispa de magia. He derramado dos lágrimas, una por cada ojo, que cayeron desde lo alto del Top of the Rock. He preguntado mil veces por una dirección, y he dicho otras mil “Thanks a lot”. He fumado poco!, aunque no lo creáis... He paseado por Broadway, donde siempre parece de día, y he cantado "I wanna live in America" en West Side Story. He sido un buen chico y no me he metido en líos, y me he levantado siempre temprano! He crecido siendo el creador y sufridor de mis propias consecuencias... En definitiva, he sido un invitado a este espectáculo para los sentidos, en el que por arte de magia, me han convertido en alguien que no podrá jamás borrar la sonrisa de su cara. Le pedí a Manhattan que no revirtiese el truco...

Al llegar y darle la mano a la que sería mi casa durante los próximos siete días sentí cierta soledad, pero fue diluyéndose a medida que sus innumerables luces, formas y colores me mostraban el camino correcto para comenzar, tal y como quería, el resto de mi vida. Una vida que a partir de ahora estará impregnada de altas dosis de seguridad en mi mismo, ya que aunque pareciese una decisión precipitada, esto era algo que tenía que hacer si no quería caer en barrena.

Manhattan, el barrio que me acogió con los brazos abiertos desde el minuto uno, me ha mostrado muchas cosas importantes, como que no todo depende de los demás y que mi opinión y sentimientos también cuentan. Manhattan me ha hecho dar un golpe en la mesa para decirle al mundo que aquí estoy, listo para regalaros una sonrisa y compartir con vosotros la magia que me ha recorrido de la cabeza a los pies durante estos días. Siempre me gustó la magia.

Me he dejado muchos lugares por conocer, mucha gente por saludar, y muchas emociones que sentir. Pero me conformo con lo vivido. Si Dios quiere algún día podréis leer “Siete días en la Gran Manzana, el regreso”.

Cuando escribo, lo haga mejor o peor, soy totalmente sincero. Creo que es el único medio que he encontrado para dar a conocer qué pienso o siento en cada momento. Y si tengo que reconocer algo, es que aunque físicamente viajase solo, os puedo asegurar que todos y cada uno de vosotros me habéis acompañado en cada momento. Siempre que me encontraba en un lugar especial, o estuviese viviendo una experiencia memorable, os tenía presentes.

Es curioso cómo el hecho de proponerme ser mi propio generador de sonrisas no excluye que piense en vosotros mientras vivía mi aventura. En el fondo parte de esta aventura es vuestra también, ¿no creéis? :)

Disfrutaba como un enano escribiendo cada noche este diario desde mi mesita, únicamente bañada por la ténue luz de una pequeña y antigua lámpara incandescente que me iluminaba cuando perdía la chispa, así como tomando cada una de las fotografías que ordenan cronológicamente mi paso por esta gran respuesta a mi vida. Ha sido realmente gratificante sentir que había tantas personas esperando a leerme cada noche, como si fuese otro capítulo más de su serie favorita, jaja. Siempre sentía un extra de ilusión cada vez que me encontraba con un nuevo comentario vuestro, y como Bastian en La Historia Interminable, me enterraba en mantas para protegerme del frío y los leía siempre sonriente :). Además, como sabéis, siempre incluía un tema musical para que pudiéseis poner banda sonora a la gran aventura. Los que me conocen saben que pienso que cada momento importante de nuestras vidas debería poder ser recordado con una canción.

¿Y qué pasará a partir de ahora? Pues no lo sé con seguridad, pero quizás me plantee escribir otro blog, de otra temática tal vez. O quizás cuando ahorre un poco me marche a otro lugar. Creo que le he cogido el gustillo...jaja. En cualquier caso sólo os diré que lo que venga, sin duda será genial. Y sí, aunque estos hayan sido siete días de yo, me, mi, conmigo, siempre estaré dispuesto a compartir con vosotros la fábrica de sonrisas que he instalado en mi interior, porque no hay nada más intenso y auténtico que una sonrisa que no puedes evitar devolver al que te sonríe primero.

Manhattan se despide de mi llorando. Además ha utilizado al viento para ralentizar mi paso hacia el resto de mi vida, pero tiene que entenderlo... Ya he hablado con ella, y bueno, me ha costado hacerla entrar en razón, pero al final la he convencido de que volveré para saludarla de vez en cuando, por los viejos tiempos. Estoy seguro de que ha sido ella quien ha desatado este temporal para impedirme terminar de disfrutar sus más bellos rincones, y que con ello no tuviera más remedio que volver... Qué hija de la gran puta... ;). Se hace querer, ¿verdad?

Solo me queda daros las gracias a tod@s, lectores, amigos, familia incluso, por seguirme durante estos días. Gracias por haberme acompañado a tantos lugares con los que soñar. Gracias por haber creído en mi desde el principio, sin reproches y con todo el apoyo del mundo. Gracias por aparecer por mi cabeza en forma de kit de abrazos... Y sobre todo GRACIAS, por haberme convertido en alguien con un corazón que no le cabe en el pecho... porque os llevo a todos ahí apiñados... y de momento compartís corazón con mi querida Manhattan... ;) (Estoy pensando en ampliar el corazón, ya sabéis, para que estéis más cómodos...)

Con lágrimas en los ojos y una cálida sonrisa me despido desde la habitación 808 del Hotel 373 de Nueva York, la casa que me permitió soñar despierto mientras deshacía uno a uno todos los nudos de mi garganta.

Perseguid vuestros sueños, porque en algún momento se cansarán de huir de vosotros.

Ahora vuelvo a creer en mí ;) Os veré pronto!

Rubén

NYC ' 10


2 comentarios:

  1. Tawa

    Ya se acaba esto???? no veas que rapido no?? Que guapas las fotos tio, me encantan!! queria decirte que vayas ahorrando y si quieres puedes acompañarme a JApon en verano! Yo tambien estuve en la apple store de TOkio en el barrio de GInza! son tiendas muy preparadas la verdad! Me alegro que hayas podido estar en un musical y ver un poquito de harlem! a ver esa misa gospel no? ;)

    Mañana te haremos un homenaje con la F1 y recuerda que si parpadeas te la vas a perder!!

    Suerte en lo poco que te queda, vivelo aun mas que hasta ahora!!

    Abrazos!! y libera tu mente pequeño "padaguain"

     
  2. Fernando

    Amigo, me alegra muchisimo verte tan recuperado. No imaginas las ganas que tengo de verte y darte un abrazo, seguro que al dartelo me transmites todas las sensaciones vividas en la gran manzana. Ya sabes... los abrazos transmiten más que las palabras. Y yo quiero uno tuyo para que me transmitas ese wen rollo.
    Si tienes buena vista, podrás ver que en cada linea que has escrito hay una sonrisa mia. Aparte de mi total admiración.
    Las canciones... que decirte... me han hecho vibrar mientras te leia... has escogido la música perfectamente, no esperaba menos del gran músico que hay en ti.

    Espero que lo que dices sea verdad y que pueda ver tus logros, tus metas conseguidas. Y poder disfrutar contigo y el paso a paso.

    Y no tengo que decirte que me tienes para lo que te salga de tus reales cojoncillos. Para TODO. Hasta para ir contigo al fin del mundo... o a otra parte... ;) xd

    Ya sabes que más que como un amigo, te tengo como un hermano de leche, y me hace ser inmensamente feliz ver que este viaje ha servido para que te encuentres como persona y para que luches por conseguir todo en esta vida.
    Y si te hace falta un socio para negociar con la vida sabes que puedes contar conmigo.

    Sin más, espero verte pronto compañero!


    P.D.: estás ya en Sevilla?? llamame warro, supongo que estarás descansando. He tenido un finde movidito y he perdido un poco el norte, por esto te escribo un días después. jeje!! Salud

     

Publicar un comentario

Comenta lo que quieras!!!